Neuroeducación y neurodidáctica para padres


Los padres son el otro pilar en la educación de los niños. Por tanto, el conocimiento del funcionamiento del cerebro les va a ayudar a conectar con los niños a nivel educativo y afectivo. Van a poder motivar a sus hijos a aprender, a desarrollar todo su potencial y a mantener una salud mental óptima. Existen herramientas de estimulación cognitiva para toda la familia.


1. Potencia su aprendizaje cultivando su autoestima

Neuroeducación para padres: Una autoestima sana es fundamental para un aprendizaje óptimo. Saber que son capaces, que son válidos les va a mantener motivados para aprender y esforzarse. Es importante no compararles con otros niños o hermanos, ya que eso daña su autoestima y se verán continuamente presionados a comportarse de una manera alejada a quienes son de verdad. En lugar de eso, motívale y ayúdale a mejorar en ciertos aspectos. 

2. No frenes su creatividad

¿Qué es la creatividad? No nos damos cuenta, pero sin querer a veces frenamos la creatividad de nuestros hijos. No le interrumpas cuando esté jugando solos o estén muy atentos y motivados en algo. Permite que juegue con otros niños, que hagan actividades al aire libre. Tampoco es adecuado vigilarles, ya que cuando se sienten observados desaparece el impulso creativo y se les coarta la libertad de experimentar. Importancia del pensamiento creativo.

3. Ayúdale a aplicar los conocimientos a la realidad

Una buena estrategia de neuroeducación o neurodidáctica en casa, es que cuando ayudes a tu hijo con los deberes, ayúdale a ver cómo se puede aplicar eso que están aprendiendo a la vida real. Así, no solo podrán aprenderlo mejor, sino que descubrirán la utilidad de esos conocimientos.

4. Asegúrate que descansa bien para aprender mejor

Los padres deben aprender que un sueño de calidad es fundamental para un rendimiento y un aprendizaje óptimos. Durante el sueño descansamos y nos restauramos, pero también consolidamos todo lo aprendido. Así que, una buena estrategia de neuroeducación es asegurarte, no solo que duerme las horas adecuadas (un niño debería dormir entre 9 y 10 horas), sino también que su sueño es de calidad. Puede que tu hijo duerma mucho pero que no descanse bien. Estate atento a signos como apatía, desgana, irritabilidad, que pueden venir derivadas de un sueño insuficiente.

5. Un cuerpo activo aprende mejor

La actividad física potencia el aprendizaje. Si a tu hijo le gusta moverse mientras estudia o aprende algo, déjale que lo haga. Esto les ayuda a relajarse y a aprender mejor.

Practicar actividad física es una buena estrategia de neuroeducación, ya que ayuda a aprender mejor, porque activa y oxigena el cerebro. Antes y después de aprender la lección deja a tu hijo que corra, salte o simplemente que pasee. Las actividades deportivas extraescolares pueden ser una buena opción y, además, les ayuda a socializar, divertirse, relajarse y a reducir el riesgo de obesidad infantil.

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